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O te apuras o te dejo

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Todos tenemos un estilo particular de hacer las cosas. Ya sea en la cocina, al organizar documentos o estacionar un auto, cada quien tiene su toque personal ¿se han dado cuenta? Algunas personas les gusta que cada actividad sea divertida; otros prefieren ser meticulosos; aquellos organizan todo por tamaño o fecha. Yo podría decir que si hay un toque personal que me define es optimizar el tiempo. Me gusta aprovechar cada actividad para hacer otras también. Me gusta organizar con anticipación los itinerarios y las agendas para  aprovechar el día al máximo.

“pero al ver que caía la noche y que Jesús aún no había vuelto, [los discípulos*] subieron a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm.” Juan 6:17 NTV

¡Se fueron sin Jesús! Con la mano en la cintura, los discípulos consideraron que Jesús se estaba tardando y les pareció que la mejor decisión era seguir el viaje, aun sin Jesús. No sé si consideraban que la mejor hora para navegar se estaba yendo, si tenían una cita precisa en Capernaúm o si tenían urgencia de ver a alguien o si tenían frío o si estaban fastidiados de tanto esperar. Cuando leí este verso no podía creer qué desconsiderados fueron estos hombres al dejar a Jesús varado ¡cómo pudieron dejarlo! ¡eran sus amigos! ¡se supone que le amaban! ¿a qué se iban dedicar sin él al llegar a la ciudad?

Entonces me di cuenta. Muchas veces yo he hecho lo mismo. He seguido con mi itinerario sin tomar en cuenta a Jesús. Casi grito a los cuatro vientos que Él es el Amo y Señor de mi vida, pero voy y vengo sin importar si va en mi barca o no, si a Él le parece bien o mal el plan que tengo o sin siquiera consultar cuál es el plan que Él tiene. Digo que quiero hacer su voluntad, pero me voy a Capernaúm sin Él… Y normalmente me sucede lo mismo que a los discípulos: Se les viene encima una tempestad, que no se soluciona hasta que suben a Jesús a su barca nuevamente.

Si uno se considera discípulo de Cristo, si aseguramos amarlo, es pertinente y conveniente no dejarlo fuera de la barca de nuestra vida.

Texto adicional: Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos. Hechos 4:12 TLA

*Nota añadida.

¡Necesito ayuda!

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Claramente se notaba que el jefe de veterinarios necesitaba ayuda con un perrito. Desde un consultorio gritó:
-¡Jesús!… ¡Necesito que Jesús venga a ayudarme!…
Luego se asomó hacia la sala de espera con cara de consternación:
-¿Alguien sabe dónde está Jesús?
Finalmente alguien le respondió: -Está arriba, señalando con la mano.
Su expresión se tornó en alivio, atravesó la sala de espera y subió corriendo las escaleras, mientras llamaba en alta voz: ¡Jesús!

“Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.”
‭‭Romanos‬ ‭10:13‬ ‭RVC‬‬

Aunque evidentemente se refería a un colega con ese nombre y no a Cristo, me pareció una notable analogía, encontrada en la sala de espera de un hospital veterinario. Esto me llevó a algunas reflexiones:
1. Especificidad. Así como el médico no dijo «el que sea que me ayude» porque necesitaba algo que específicamente Jesús le podía ofrecer, asimismo debemos clamar solo a Cristo, quien es el que sostiene todo el universo.
2. Certeza. Cuando le dijeron que estaba arriba, no dudó en que al subir unos escalones lo encontraría. Nosotros debemos tener la certeza de dónde está Cristo y cómo podemos encontrarlo.
3. Perseverancia. El médico no se dio por vencido cuando su colega no atendió de inmediato. Cuando oramos, no debemos rendirnos ni desanimarnos ni buscar soluciones alternativas porque Cristo siempre puede ser hallado y Él siempre es la mejor solución.
4. Comunidad. El médico se vio en una situación que no podía resolver por su cuenta, se percató que necesitaba formar una comunidad con Jesús, hacer equipo con él. ¿Qué tal nosotros? ¿Vivimos en nuestra limitada fuerza o unimos esfuerzos con Dios?
5. Humildad. Cuando no encontraba a Jesús, pidió ayuda para encontrarlo. A veces somos orgullosos y no queremos pedir ayuda ni hacerle ver a los demás que estamos en necesidad. Nos da pena decir que tenemos dos problemas: una necesidad y un Cristo fuera del radar.

A mí me gustaría aseverar que cada vez que me encuentro en una situación difícil, hago como el veterinario y clamo a Jesús, pero eso sería mentir. Muchas veces me encuentro buscando la solución en mi propio razonamiento o poniendo mi confianza en otro lugar, lejos de Cristo ¡y vaya que me he metido en líos! Lejos de mejorar, he seguido en el hoyo y hasta he empeorado las cosas. Por otro lado, cuando he confiado en el Señor y me he dejado guiar por Su camino, he visto Su bondad, Su sabiduría e incluso Sus milagros hacerse realidad en mi vida.
¿Qué hay de ti? ¿Es Cristo tu primera y única elección?

Texto adicional: ¡Sólo en Jesús hay salvación! No hay otro nombre en este mundo por el cual los seres humanos podamos ser salvos. Hechos‬ ‭4:12‬ ‭PDT‬‬

CON TODA LA ATENCIÓN

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He estado en diversos encuentros deportivos, pero nunca como participante; siempre soy la espectadora, siempre en la tribuna. He visto las olimpiadas, partidos de basquetbol, carreras de autos, innumerables partidos de fútbol americano, mundiales de natación y gimnasia, partidos de beisbol, encuentros de tenis, finales de voleibol. Siempre es mejor verlos en vivo que verlos a través de una pantalla, eso es incuestionable.
Pero otra dimensión, es ver a mis hijos participar. Han practicado distintas disciplinas y los he acompañado a múltiples eventos. En cada uno, he estado en las gradas al pendiente de cada movimiento. No es como cuando estoy en una conversación medianamente interesante, con la mirada al frente asintiendo de vez en cuando. Sino que contengo la respiración junto con ellos, contraigo el abdomen cuando ellos corren, grito al unísono y casi quiero saltar para que ellos salten más alto. Aprieto los labios para ayudarles a empujar, me inmovilizo para que no pierdan el equilibrio, resoplo para que el golpe sea más fuerte, pero sobre todo, me pongo de pie para que el balón llegue más lejos, para que sean más veloces o para que el movimiento sea más preciso, más fuerte, más efectivo. Es casi imposible verlos desde mi asiento, los pies me hormiguean. Nada me distrae de sus movimientos y los vivo, como si fueran míos.

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio el esplendor de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. Entonces dijo: —¡Miren! Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios. Hechos 7:55-56 PDT

Esteban era víctima del apedreamiento a las afueras de la ciudad, por predicar acerca del Salvador a un grupo religioso tradicional. Cuando estaba en la transición entre este mundo y el siguiente, pudo ver a Jesús, de pie, al pendiente de toda la situación, escuchando su discurso, considerando la oposición, las amenazas, los golpes, las piedras, los gritos injuriosos y, finalmente, la transición donde Esteban cruza el umbral y encuentra a Jesús recibiéndolo de pie, en todo su esplendor. Me encanta que Jesús estuvo al pendiente, viviendo junto con Esteban todo “el torneo”. Me encanta que el mismo Jesús estuvo de pie para recibirlo en Su presencia, no mandó a ningún criado con un desganado “dígale que pase”, sino que estuvo ahí, de pie, por Esteban.
De la misma manera, el Señor Jesús está al pendiente de nosotros, siempre mirando, siempre atento a nuestras vidas. A veces nos parece que se ha olvidado de nosotros, pero no es así, simplemente sus maneras y sus tiempos no siempre coinciden con nuestro criterio.
Debemos tener la certeza que siempre estamos en el radar del Señor, que Dios tiene en cuenta todo, absolutamente todo. Nada lo toma por sorpresa, eso que nos sucede, no se sale de su control. Jesus es capaz de sostener el universo y cuidarnos a cada uno al mismo tiempo. Jesús es el Rey de Reyes pero también es el comité de bienvenida que le dijo a Esteban: Bienvenido a casa… Él no se pierde detalle de nuestra vida.

Texto adicional: ¿No está viendo Dios lo que yo hago? ¿No está al tanto de todos mis movimientos?Job 31:4 PDT

Un buen día para perdonar

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En mi vida he asistido a diversos festejos y celebraciones correspondientes a tradiciones de muchos tipos. Pero una que me gusta mucho es el Yom Kippur: El día del perdón en Israel. En ese día, los judíos celebran el perdón que recibieron de Dios y empiezan su Año Nuevo con borrón y cuenta nueva.
…si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
‭‭2 Crónicas‬ ‭7:14‬ ‭NTV‬‬
El pueblo de Israel esperaba el favor y el perdón de Dios. Cuando Jesús vino, revolucionó el concepto del perdón. Lo hizo aun mejor, lo puso al alcance de todos. A través de su sacrificio, hizo patente el deseo de Dios de perdonar a todo aquel que se acerca arrepentido. Jesús pagó un alto precio para que el perdón fuera gratuito para ti y para mí. Ahora nosotros estamos llamados a pedir perdón y a perdonar a los demás, pero en una era de «derechos humanos» tan tergiversada, tan egoísta, parece como si el perdón fuera el objeto más costoso en el que nadie quiere gastar. Unos, no quieren pedir perdón por orgullo y «dignidad»; o por ego, al creer que nunca fallan. Otros, no perdonan, con la excusa de que «no soy Dios para perdonar», pues evidentemente están lastimados. Sin embargo, las Escrituras nos dicen otra cosa: perdona aunque no te pidan perdón. ¿Por qué? Porque Jesús nos ofreció su perdón eterno sin pedirnos explicaciones. Lo ofreció desinteresadamente y ya, sin averiguar si teníamos una buena razón para pecar o si el fin justificaba los medios.
Ahora que recientemente se celebró el Yom Kippur 2016, le doy gracias a Dios que tengo un día en que podemos celebrar el perdón… y también 365 para recibirlo, pero también para darlo.
Texto adicional: “En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”‭‭ Efesios‬ ‭4:32‬ ‭RVC

Un mapa sin errores, por favor

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Siempre me han gustado los mapas. De niña me gustaban las historias infantiles donde había que seguir un camino para encontrar un tesoro, resolver un acertijo, rescatar a algún personaje. Al aprender a manejar me compré un mapa de mi pequeña ciudad para llegar a los sitios a donde mis pies no me habían llevado. Cuando me mudé a una gran metrópoli, lo primero que hice fue comprar un mapa para no perderme y poder ir a donde necesitara. Con la llegada de herramientas como GPS, Google Maps y Waze, optimizo tiempos, le saco la vuelta al tráfico y busco las mejores rutas. No me gusta extraviarme, no me gusta dar vueltas de más, me gusta llegar a mi destino en tiempo y forma. Sin embargo, debo admitir que a veces, con todo y mapa, con todo y GPS, me he perdido (o al menos he dado vueltas incorrectas), no sólo por mis errores sino porque el mapa estaba incorrecto, desactualizado, un nuevo paso a desnivel o un nuevo sentido a la calle o una desviación por obras y mi ruta ideal se ve afectada.

Muéstrame la senda correcta, oh SEÑOR; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.
‭‭Salmos‬ ‭25:4-5‬ ‭NTV‬‬

Ahora, con ustedes, un gran-gran PERO: Pero hay un mapa que no tiene errores, que siempre está actualizado, que siempre tiene la información correcta. Me refiero a la Biblia. En las Escrituras, encontramos la guía para saber el camino que debemos seguir. A veces nos encontramos con disyuntivas, no sabemos qué hacer y nos sentimos perdidos. Cuando ponemos nuestra fe en el Eterno, en Jesús, en Su Palabra, encontramos sabiduría y una perfecta guía del camino que debemos seguir, cuando nos enfrentamos a una decisión por tomar. Y no me refiero solo a las decisiones difíciles sino a TODAS. Las decisiones que nos parecen fáciles, también debemos cotejarlas con el mapa que el Señor nos ha dejado para saber si esa decisión que nos parece pan comido es la mejor ruta para nuestra vida.
Si confiamos en el Santo cartógrafo, si confiamos en su Santo mapa, si no nos desviamos del camino, llegaremos a buen destino, en tiempo y forma. Pero confiar en el cartógrafo y en el mapa es el paso número dos. El paso número uno es leer y estudiar el mapa, conocerlo, analizarlo, encontrar la mejor ruta y, ahora sí, seguir el camino sin desviarse porque ¡cómo hay cosas que nos distraen y nos hacen dejar el camino! ¡Cuántas oportunidades se presentan para los falsos atajos!
Señor, que todos los días busquemos y sigamos tu camino.

Textos adicionales:
Enséñame, Señor, tu camino, para que camine yo en tu verdad. Dale firmeza a mi corazón, para que siempre tema tu nombre. Salmos‬ ‭86:11‬ ‭RVC‬‬
Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!
‭‭Salmos‬ ‭119:105‬ ‭RVC‬‬

Un taco de prudencia, por favor

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Arlequín, aledaño, califa, hirsuto, taciturno. Cuando era niña, solía utilizar palabras muy sofisticadas para hablar. Me gustaba leer y se notaba en mi forma de hablar. Era una niña parlanchina.
En una ocasión, mi familia fue invitada a una casa de campo, a muchos kilómetros de mi ciudad, donde había árboles frutales en un enorme jardín con columpios. Después de unas horas de jugar y corretear con los otros niños, volvimos a la casa y nos ofrecieron birria para comer. Yo nunca había sabido de la birria, no sabía qué era, cómo se comía, ni nada; incluso la palabra birria me sonaba sospechosa, no como a un nombre de comida. Entonces, en vez de decir algo como «¿puedo verla, por favor?» O simplemente «¿qué es birria?» Dije algo muy desafortunado como «pues eso no suena muy apetitoso así que prefiero no comer» y regresé al jardín a jugar.

Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada. Proverbios‬ ‭10:19‬ ‭NTV

Incluso creo haber dicho «no, gracias» hubiera sido más cortés. Cerca de la noche volví a la cocina con tanta hambre que estaba dispuesta a darle una oportunidad a la birria… Pero ya no había nada de comer. En el viaje de regreso mi mamá y mi tía me dijeron que fui grosera, imprudente y había ofendido terriblemente al anfitrión. Me sentí avergonzada, además de hambrienta.
¡Cuántas veces hemos hablado de más y dicho algo hiriente! ¡Y ni siquiera nos enteramos! Cuando herimos a otra persona con palabras, no sólo somos descorteses sino que pecamos. Maltratamos aquello que es lo más valioso para el Señor: el corazón de una persona.
Así que muchos años después de aquella birria campestre, sigo intentando ser prudente y mantener la boca cerrada, pero sinceramente no siempre me resulta. Incluso yo misma he sido víctima de las personas que hablan sin pensar. Es mi oración que logremos dominar nuestra lengua.

Texto adicional: Todos cometemos muchas faltas. ¿Quién, entonces, es una persona madura? Sólo quien es capaz de dominar su lengua y de dominarse a sí mismo. Santiago‬ ‭3:2‬ ‭TLA‬‬

¡No quisiera tener que perseverar!

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De niña, en la escuela me dejaron germinar un frijol, en un frasco con algodón y agua, para ver cómo crecía una plantita. La maestra nos dio las indicaciones y anotamos una fecha cuando debíamos llevar la planta, unas semanas después. Yo olvidé por completo la actividad, hasta una noche antes de la fecha de entrega. Obviamente, llegué a clase con un frasco con un frijol empapado, mientras que otros niños llegaron con plantas de diversos tamaños. Algunos dieron una explicación del proceso de crecimiento de su planta, los cuidados que le dieron al frijol, sus dificultades, la luz, el agua, etc. Incluso hubo un niño que confesó que la planta que llevaba era de un segundo frijol, pues la primera planta que germinó se secó, porque al ver la plantita pensó que ya no tenía que seguir humedeciendo el algodón. Yo los miraba avergonzada, deseando haber sembrado el frijol aquel día que dejaron la actividad, pues no tenía idea que una planta tardaba tanto en crecer.

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. ‭Gálatas‬ ‭6:9‬ ‭RVR1960‬‬

«A su tiempo segaremos» ¡cómo me hubiera gustado saber que hay un tiempo para segar! ¡Saber que no se puede segar al día siguiente de sembrar! Aquí la clave está en la constancia y en la perseverancia: desde que uno siembra, hasta que cosecha, pasa tiempo, hay que estar firme, echarle ganas, no rendirse, no descuidarse, trabajar, tener paciencia, optimizar procesos, insistir, repetir, volver a empezar, en fin. Obviamente ya no estoy hablando solamente de un frijolito, sino de muchas áreas de nuestra vida en las que no vemos resultados porque no perseveramos, nos damos por vencidos o como yo con mi frijol, ni siquiera empezamos, no sembramos nada. En la Biblia encontramos muchos textos que nos hablan de sembrar para cosechar, que nos quieren decir que para alcanzar algo, tenemos que empezar y mantenernos perseverantes, porque definitivamente, hay metas que no nos cuestan trabajo, que se nos dan con mucha facilidad, pero hay otras que ¡cómo nos cuestan! ¡Que parecen imposibles de lograr! Es entonces cuando no debemos desmayar, no cansarnos de hacer lo correcto y perseverar. Perseverar no es fácil, requiere esfuerzo, dominio propio y voluntad ¡esa es la lección que necesito aprender! Así que, esa área de mi vida que no ha germinado y que mucho menos esta lista para dar un fruto que cosechar, necesita de mi perseverancia. Yo sé que Dios puede hacer un milagro, pero también sé que él quiere que yo aprenda a perseverar.

Texto adicional: Los que con lágrimas sembraron, con gritos de alegría cosecharán. El que vaya andando y llorando llevando la bolsa de semillas, volverá gritando de alegría llevando manojos de trigo. ‭‭Salmos‬ ‭126:5-6‬ ‭PDT‬‬

Tic-tac, tic-tac, tic-tac…

imageAl ser de un temperamento enfocado a las metas y a la creatividad, la paciencia nunca ha sido mi fuerte. Es algo en lo que he trabajado por años y debo confesar que no he cosechado muchos frutos porque la falta de paciencia suele estar relacionada con el desempeño de otras personas, es decir, la impaciencia brota porque otra persona no se apura a lograr lo que tiene que hacer, ya sea por desinterés, por falta de habilidad, por que no está enterada o porque simplemente se toma las cosas con más calma.
Cuando me doy cuenta que la impaciencia está relacionada directamente con otras personas, un foco de alarma espiritual se enciende en mi interior porque, cuando muestro impaciencia puedo herir a los demás con mi actitud, comentarios o expresiones faciales. Y vaya que puedo hacer expresiones faciales.

El que tarda en airarse es grande de entendimiento; el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad.
‭‭Proverbios‬ ‭14:29‬ ‭RVR95‬‬

¡Impaciencia es igual es a necedad! Si no tengo paciencia soy torpe, perversa e insensata, todo eso al mismo tiempo, según las Escrituras. Mi oración es que el Señor me permita dar fruto en el área de la paciencia, porque ¿has visto lo lento que maneja el auto de enfrente? ¿Lo ineficiente que trabaja el cajero del banco? ¿Lo mucho que grita la persona de al lado? Cuando uno es impaciente, siempre parece que los demás son perezosos o descuidados, simplemente porque no van a la mismo ritmo que uno. Tal vez están haciendo todo bien, pero uno lo ve con otra perspectiva. Manifestamos necedad porque pretendemos ser mejores que la persona que no se desempeña a nuestro gusto. Así que por eso las Escrituras nos mandan que seamos humildes y, aunque la otra persona sea realmente la que se equivoca, nuestra actitud debe siempre mostrar amor, porque de vez en cuando también necesitamos que sean pacientes con nosotros.

Texto adicional: y que sean humildes y mansos, y tolerantes y pacientes unos con otros, en amor.‭‭ Efesios‬ ‭4:2‬ ‭RVR95

El colchón de gelatina

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Después de 16 años de uso, decidimos que era hora de comprar un nuevo colchón. Mi esposo y yo amanecíamos con dolor de espalda y era ya muy incómodo. Fuimos a la tienda, nos acostamos en una docena de colchones y finalmente elegimos uno suave en la superficie pero firme en su estructura.
Cuando hicimos la compra nos dijeron que la base estaba incluida gratis, por lo que el día en que llegó a casa, sacamos de la recámara también las viejas bases de madera. Al caer la noche nos acostamos en el nuevo colchón, pero nos pareció muy suave, casi como si durmiéramos en una gelatina o en un bombón gigante. Si mi esposo se movía yo sentía que rebotaba. Después de un rato de estar acostados, uno no se podía girar pues el colchón se había convertido en una zanja de la cual era muy difícil salir. Amanecimos adoloridos y cansados. A la siguiente noche, probamos poner el colchón en el suelo y el problema mejoró un poquito; un día después, lo pusimos en las bases viejas, que eran más firmes y mejoró otro poquito.
Pensamos que que tal vez era cuestión de acostumbrarnos, como cuando uno duerme en cama ajena y resulta imposible dormir pues nada se siente como la propia. Pasaron 12 largas semanas hasta que me di cuenta que nunca iba a dormir bien en ese colchón. Hablé al servicio de garantía y, después de algunos trámites, lo cambiaron.

Toda esa situación me puso a pensar que muchas veces nos acostumbramos a lo malo, a vivir con dolor físico o en medio de una situación difícil o en un mal hábito o incluso a vivir pecado y, lo peor, es que estamos tan habituados que creemos que vivir así es normal ¡y no lo es!

Entonces si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.
‭‭Juan‬ ‭8:36‬ ‭PDT‬

El Señor Jesucristo es el único que nos puede liberar del yugo de la esclavitud. Es el único que ofrece verdadera libertad. ¿Qué tiene que ver esto con mi colchón? Que yo estaba tan habituada a amanecer adolorida y cansada que no pensaba que tenía un problema, no pensaba que tenía que cambiar de colchón. Cuando por fin reconocí que tenía que comprar otro, intenté acostumbrarme a un nuevo colchón defectuoso. Y lo mismo sucede con nuestros métodos de «liberación»: Si es que acaso ya hemos detectado que hay algo mal en nuestra vida, intentamos solucionar las situaciones en nuestras fuerzas, en nuestras ideas, en nuestros criterios y recursos, así como cuando movimos el colchón a ver cuándo resultaría ser cómodo; eran mis ideas humanas. Pero un día, oré. La verdad mi oración fue una queja con una pregunta final de ¿qué hago, Dios? Con todo y eso, el Señor me mostró que hablara al departamento de garantía, entonces vino una persona con la suficiente autoridad para dictaminar que mi colchón nuevo estaba defectuoso y que me lo reemplazarían.

La solución efectiva a las dificultades de nuestra vida está solo en Jesús. Nuestras soluciones puedan resultar defectuosas o incluso pueden mejorar las circunstancias pero, un cambio real y duradero solo pueden provenir de un Salvador; así como el enviado por la marca dijo cómo me podría librar del colchón aguado, así Jesús es el único que nos puede librar de las cosas que nos esclavizan o que nos roban el sueño.
Así que no te acostumbres a vivir con un problema
No te acostumbres a vivir en pecado
No te acostumbres a vivir con un mal hábito
No te acostumbres a vivir en dolor
No te acostumbres a vivir las noches en vela.
El Señor Jesús espera que cada uno de nosotros acudamos a Él en busca de ayuda, de guía, de restauración. Aunque hay la posibilidad de que la solución no sea exactamente lo que esperamos, tenemos la seguridad de que su solución es la mejor para nosotros.
Y sí, finalmente hemos dormido y descansado cómoda y profundamente en el nuevo-nuevo colchón.

Texto adicional: Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar. Acepten mi enseñanza y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso. Mateo‬ ‭11:28-29‬ ‭PDT‬‬

A ustedes, los padres

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Ustedes los padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten. Colosenses 3:21

¿Qué tal los festejos de día del padre? ¿Mucha fiesta? ¿Un deliciosos restaurante? ¿O una reunión en casa del abuelo? Las historias y anécdotas abundan en cada familia, haciendo añoranzas de la niñez o remembranzas de un padre que ya no está más en esta tierra. Así como para el día de la madre hice un estudio, por el día del padre, quiero estudiar una cita, para ver lo que Dios quiere decirnos.

Hablando de un contexto, la iglesia levantada en Colosas estaba siendo víctima del sincretismo. Falsos maestros mezclaban ocultismo, prácticas paganas, legalismo judío y cristianismo. La carta fue escrita para asentar los fundamentos correctos, más allá de los errores o del parecer cultural de algunos. La carta a los colosenses es muy similar a Efesios, pues comparte cerca de 70 versos que son equivalentes, pero al mismo tiempo es única, pues contiene 28 palabras que no se encuentran en otro texto de Pablo y 34 que no aparecen en todo el nuevo testamento.

Habría que empezar el estudio por definir quienes son los padres. Esta palabra es “pater” en el original, la cual hace referencia a un padre, ancestro, patriarca, un protector, un maestro  e incluso a Dios como Padre. Aunque en español usamos la palabra padre para hacer referencia a mamá y papá, la Biblia usa una palabra específicamente en genero masculino. Esto significa que este verso está dirigido principalmente al padre de familia, más a que la madre. En nuestro país, mucho se ha dicho que la educación espiritual y moral de los hijos es responsabilidad de las mamás, pero la Biblia, dice otra cosa. Un padre debe ser un maestro, un protector y el principal guía espiritual. Obviamente que la mamá también debe guiar a sus hijos a Cristo; sin embargo, este verso nos muestra claramente el error cultural de sacar a papá de la ecuación. No hay excusa de que trabaja mucho, de que no tiene tiempo, de que a las nenas las enseña mamá, de que la que tiene que orar es exclusivamente ella.

Luego viene la palabra Exasperar. En griego, tiene un significado amplio: estimular, excitar, provocar, incitar. Si vemos un paralelismo con Efesios 6:4 entenderemos que la provocación tiene una connotación negativa, encaminada a la ira, a lastimar, irritar y enfurecer. Hay muchas maneras en que un padre puede exasperar a sus hijos. Lo más obvio es cuando hay un trato injusto ¡cuántos chicos claman que su papá les ha tratado injustamente! También se puede exasperar a un hijo, cuando se le maltrata, cuando se le humilla, cuando se le exige demasiado o se les exige aquello que no se le ha enseñado, cuando se le sobreprotege o cuando la disciplina es excesivamente dura. Pero hay otra manera terrible de exasperar a los hijos: cuando se les excluye, se les ignora, se les abandona, cuando no se atienden sus necesidades, cuando no se les muestra cariño. Como mamá de un par de adolescentes veo a muchos otros niños y principalmente niñas, que viven con un padre ausente. No hay divorcio, no hay problemas matrimoniales, pero hay un padre que no crea vínculo y unos hijos que no se sienten amados. No importa cuánto desarrollo laboral tiene el papá, hay hijos vacíos. No importa si el papá es un ciudadano ejemplar, los hijos están resentidos con papá. De manera inconsciente, papá dedica su vida a su profesión, ministerio o intereses personales, creyendo que hace las cosas bien. De manera inconsciente los hijos reflejan en su conducta el dolor de su corazón. No hay cariño, no hay amor, no hay una relación afectuosa, no hay un entrenador espiritual en casa a quien los hijos puedan admirar y por ello los chicos carecen de identidad espiritual pero lo peor es que, al igual que la iglesia de Colosas, muchos creen que esa es la norma aceptable, sin darse cuenta de que es la cultura del mundo insertada en la pequeña iglesia llamada hogar.

Cuando este texto habla de hijos, habla tanto de hijos naturales, como espirituales. Pero como el párrafo está hablando de los vínculos familiares, podemos entender que se trata principalmente de los hijos naturales, sin hacer distinción si son biológicos o adoptivos. Para una definición más abundante de hijos, leer el estudio «La mujer se salvará».

La última palabra del verso es desalentar, que viene del griego “adsuméo”, que significa sin espíritu, sin corazón, sin pasión, sin coraje. Esta es una de las palabras que no se repite en todo el nuevo testamento y que no tiene otra aplicación o traducción en otro versículo. Por lo tanto, descorazonar o matar el espíritu de los hijos es algo que se da en la casa, según se lee en este texto específico de colosenses. Tal vez un chico sufra la violencia de algún compañero de la escuela o de un familiar, pero nunca le afectará tanto como cuando el padre es quien hiere, conscientemente o sin querer. Es impresionante ver cómo las mayores heridas las recibimos en casa, por eso,  no es que las Escrituras dan esta instrucción a los padres solo porque sí, sino que es dada porque Dios sabe que sucede, si no fuera así, no habría necesidad de incluir este versículo. Pero la triste realidad, es que papá y mamá nos equivocamos a diario en nuestra labor y si no corregimos y enmendamos el daño, podemos abatir el espíritu de nuestros hijos. Con esto no digo que se deje a sus hijos sin disciplinar y que los dejemos hacer lo que quieran. No, sino que si se disciplina, es porque previamente se les ha enseñado y porque nunca falta el amor, el cariño, las buenas maneras. Lo que se busca es corregir, no herir. Cuando observamos a un hijo desanimado, descorazonado, con espíritu inerte, debemos intervenir con prontitud para restaurarlo y que vuelva a estar en la calidad espiritual que Dios planeó para el o ella ¡ese es el trabajo de un padre!

Aunque es un texto dirigido a papá, yo como madre, me pongo las pilas, tomo ejemplo y me pongo a trabajar en no exasperar a mis hijos. Seguro me voy a equivocar, pero estaré al pendiente, buscaré fortalecer el espíritu de mis hijos y ¿saben qué es lo que más me motiva a hacerlo? Saber que yo misma tengo un Padre celestial que está interesado en mí, que me ama, que vivifica mi espíritu y nunca me exaspera con su acciones. ¡El Eterno me ama!