Archivo de la etiqueta: fe

Palabras que construyen

sisters_001

Mientras disponíamos la mesa de un buffet, en una conversación casual, mi amiga y yo empezamos a hablar de la salud. Esto abrió el tema a necesidades que ambas estábamos enfrentando, a posibles diagnósticos médicos, estudios, a situaciones que provocan temor y que normalmente evitamos hablar. Convdersar de los días difíciles de nuestra salud, nos llevó a hacer remembranza de las veces que pasamos por situaciones similares a las actuales y cómo Dios nos sacó adelante, a través de un milagro, a través de una restauración imposible desde el punto de vista de los médicos. Mi amiga me contaba de las veces que vio la fidelidad de Dios en su vida, en primera fila, no como espectadora, sino como protagonista. Yo compartí mis propias experiencias y entonces concluyó: “este es el Dios que conocemos, amiga, un Dios fiel”. Para afirmar su declaración, terminé su frase diciendo: “y volveremos a ver su fidelidad una vez más”.

Pero ustedes, estimados hermanos, fortalézcanse unos a otros en su fe santísima. Oren por medio del Espíritu Santo. Judas 1:20 PDT

Cuando pasamos por momentos difíciles, siempre es bueno saber que hay otra persona que te entiende porque también ha sorteado algunos obstáculos. Es todavía mejor cuando ha superado los días oscuros a través de la poderosa mano de Dios, porque hay una multitud de voces que se alzan a nuestro alrededor ofreciendo falso consuelo y soluciones terriblemente endebles. Y también hay una multitud de voces que nos hablan con sus conceptos mal fundamentados de quién es Dios.
La Escritura nos lleva a edificar con palabras constructivas, que tienen los cimientos en la fe verdadera, en Cristo y su Palabra, en un conocimiento genuino de Dios; en tal construcción encontramos una fortaleza real y duradera.
Qué privilegio y qué bendición es cuando tenemos a alguien con quien fortalecernos mutuamente, en los días inciertos. Qué paz inunda nuestro corazón cuando, al admitir nuestras necesidades, hay alguien que nos fortalece la fe y que ora por nosotros con la sabiduría del espíritu de Dios… en lugar de criticarnos o de corregirnos o darnos un mal consejo o de marchitar la poca fe que nos queda.
Busquemos cada día a alguien con quien podamos compartir las batallas y las victorias que el Dios que conocemos nos ha permitido vivir, mientras somos peregrinos en esta tierra.
¿Con quién compartes tus dificultades? ¿Cómo fortaleces tu fe?

Texto adicional: Construyan su vida sobre una base sólida, bien arraigada en Cristo; fortalezcan su fe, vivan en la verdad que se les enseñó y siempre sean agradecidos. Colosenses 2:7 PDT

Casi Todopoderoso

fullsizeoutput_3cba
Hay un área de mi vida que no he podido superar, es un lastre que me da lata y un enemigo muy difícil de derrotar. He orado, me he esforzado, me he concentrado, he tratado diversas estrategias, me he dado por vencida, me he levantado, he buscado citas bíblicas que me den luz en esa área que parece estar siempre oscura. En una ocasión, me topé con una victoria que para mí no tenía sentido, un resultado que no fue estricto fruto del esfuerzo. Es una de esas veces cuando lo bueno sucede sin que aparentemente haya algo que nosotros hubiéramos hecho bien.
Cuando le conté a mi esposo, me dijo: Dios también puede hacer milagros en esa área. Y la frase se quedó pegada a mi alma por muchos días.
Tal vez fue porque puso al descubierto mi falta de fe para creer que el Señor puede hacer un milagro en esa área en particular ¿te pasa igual que a mí?
-Señor, sé que puedes resucitar a otro Lázaro, pero no creo que me alivies de esta depresión.
-Sé que puedes transformar el agua en vino, pero no creo que puedas mejorar mi carácter.
-Sé que tienes el poder para caminar sobre el agua, pero nunca se me ocurriría pedirte que soluciones mi problema en la escuela/trabajo.
-Sé que tú salvaste a Pablo cuando lo mordió una serpiente, pero no creo que me ayudarías a tener dominio propio.
-Sé que puedes alimentar a 5,000 personas con solo dos panes pero dudo que puedas hacer un milagro en las finanzas de mi casa.
-Tengo plena certeza de que puedes derrumbar los muros de Jericó de nuevo, pero no veo cómo rescatarías a mi primo de las drogas.
-Sé que podrías abrir el Mar Rojo otra vez, pero es imposible arreglar mi matrimonio.
En resumen: Señor, creo que eres Todopoderoso excepto en este asunto.
Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
Juan 1:46 RVR1960
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
(en Nazaret) Mateo 13:58 RVR1960 
A lo largo de la Biblia nos encontramos con muchos de los milagros del Señor. Particularmente en los evangelios, vemos una y otra vez los milagros de Jesús. Pero en Nazaret, hizo pocos milagros a causa de que su gente era incrédula; tan prosaica e incrédula, que las personas de otros lugares no pensaba que alguien digno pudiera provenir de ese lugar.
Entonces me encuentro a mí misma, con falta de fe en cierta área, es como si esa área fuera mi Nazaret. Creo firmemente que el Señor es Todopoderoso, es Omnipotente, en todos lados… excepto en mi Nazaret.
Cuando mostramos esta actitud bajamos de categoría al Señor: creo que a veces es Dios y a veces no; para algunas cosas sí es el Señor y Amo del universo pero, para otras, lo etiqueto como incompetente y lo más que voy a obtener es lo que yo logre al «rascarme con mis propias uñas» ¡qué incongruencia!
Como hijos de Dios debemos mostrar una fe absoluta en el Salvador, debemos tener certeza total de su fidelidad. Cuidemos nuestro corazón de la incredulidad y la falta de fe. Hacerlo es importante porque dudar es pecar… y el pecado, si no se corrige, me aleja del Señor, un paso a la vez, hasta que Dios y yo nos convertimos en perfectos desconocidos que caminan rumbos opuestos.
Texto adicional: Hermanos, cuiden de que no haya entre ustedes ningún corazón pecaminoso e incrédulo, que los lleve a apartarse del Dios vivo. Hebreos 3:12 RVC

La mujer se salvará

imageEl pasado día de las madres experimentamos un gran intercambio de tarjetas, fotos y notas digitales en las redes sociales. Uno de los mensajes compartidos fue el del estudio de hoy, el cual siempre es causa de polémica. Total que mejor me fui a urgar el texto para saber a qué se refiere el Señor.

Para entender este verso, hay que conocer el contexto. La iglesia que Timoteo estaba pastoreando presentaba algunos problemas, por lo que Pablo tuvo que escribirle dando sus consejos. Uno de los problemas era que había un grupo de mujeres conflictivas a las que había que amonestar y enseñar para que estuvieran en la senda que Dios quería; al ser casadas, había una evidente falta de liderazgo por parte del esposo, así que la amonestación de los versos del 8 al 15, va dirigida a la ambos cónyuges.

Desde el libro de génesis, las Escrituras enseñan que el primer rol de la mujer es ser esposa y el segundo, madre. Tan importante es este segundo punto, que las familias que no tenían hijos se consideraban en maldición, según los muchos ejemplos que hay en las historias bíblicas. La situación relevante de esta cita es que la mujer cumpla con su propósito, que definitivamente no es el único pero sí el prioritario. Todas conocemos a mujeres que son muy exitosas en otras áreas de su vida pero que tienen descuidado totalmente su trabajo como mamás. Tal vez nosotras mismas estamos en esta situación. En nuestros días, ser mamá se ha convertido en algo obsoleto, denigrante y que atenta contra los derechos de la mujer; aunque el desarrollo personal es algo bueno, nunca debe estar por encima del propósito de Dios; lo que yo quiero como mujer no debe estar por encima de lo que Dios quiere para mí.

La salvación a la que se refiere, no es a la de ganar la vida eterna, sino a la de dar fruto, ser restauradas. En el griego, esta palabra “salvará”, es la palabra “sozo», que significa, dar seguridad, salvar, librar, proteger o sanar. Es una palabra que transmite la idea de que algo está como debe estar. Si recordamos que en Génesis 3, a la mujer se le dijo que iba a parir hijos con dolor como parte de la maldición por el pecado, en el nuevo pacto, dar a luz es redimirse de esa maldición. La bendición de un hijo es mayor que la maldición del pecado.
También encontramos que la fe sin obras está muerta (Stg 2:14) y que en nosotras está la responsabilidad de sobreedificar:

1 Corintios 3:
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

En este texto, vemos que somos edificio de Dios, que hay un fundamento bíblico que es como el cimiento; una enseñanza, que es la primera edificación, pero que cada creyente debemos sobreedificar con nuestra manera de vivir. Si no los hacemos bien y nuestra vida se derrumba, nosotras seguiremos siendo salvas, pero “por las malas”, teniendo que pasar por fuego. La redacción del griego dice “a través” de tener hijos y “a través» del fuego. Entonces sabemos que somos bendecidas a través de nuestro trabajo de sobreedificar y a través de nuestro trabajo como mamás.

La siguiente parte del verso dice “engendrando hijos”. Engendrar hijos viene del griego “teknogonía”, que significa: tener hijos, alumbramiento, implica paternidad, significa también maternidad y desempeñar las labores maternas. Este significado tan profundo tiene dos interpretaciones:
En cuanto a tener No solo hay que tener al hijo, sino hay que “desempeñar las labores maternas” con éste. En muchas citas bíblicas se nos recuerda que debemos enseñar a instruir a nuestros hijos y llevarlos a los pies de Cristo (Dt 6:7, Pr 22:6, 2 Ti 1:5, etc.), si mamá y papá no lo hacemos, no estamos cumpliendo con nuestro propósito. Si los hijos se resisten a doblegar su voluntad ante la de Dios, nuestro trabajo es permanecer firmes y constantes con amor, hasta que lo hagan.
Hay que engendrar hijos espirituales. Uno de los mayores frutos que podemos dar, es compartir nuestra fe con otros, guiarlos a nacer de nuevo y desempeñar las labores maternas con ellos, ayudándoles a madurar en la fe. Es nuestra labor general como hijas de Dios, independiente si tenemos hijos naturales o no.

Hasta este punto, podemos decir que el versículo significa, “recibirá bendición cuando ayude a otros a nacer de nuevo”. Es un gusto adicional cuando ayudamos a nacer de nuevo a nuestro hijos naturales.

La siguiente parte del verso dice “si permaneciere”. Sabemos que en Juan 15 aprendemos que separadas de Cristo no podemos lograr nada. Si queremos que nuestros hijos naturales o espirituales estén con sus vidas rendidas a Dios, debemos ser constantes. Tres citas para ejemplificar:
-1 Corintios 15:58 (RV60)
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
-Mateo 24:13 (RV60)
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
-1 Timoteo 4:16 (PDT)
Ten cuidado con tu forma de vivir y con lo que enseñas. Si eres constante, asegurarás tanto tu salvación como la de los que escuchen tus enseñanzas.
La cita de Mateo relaciona perseverar con salvación, igual que 1 Timoteo 2:15. Con ello entendemos que si queremos un beneficio, debemos permanecer constantes.

La última parte del texto es “en fe, en amor y santificación”, con modestia. Aunque podríamos profundizar mucho en estos tres aspectos, nos quedaremos con que éstos hablan de relaciones:
Fe, es relación con Dios. Necesito permanecer creyendo en mi Señor, ser constante en buscar Su presencia, confiar en que Él tiene control de todo
Amor, es relación con otros. Nuestra labor materna no debe ser a bibliazos, ni condenando, sino cubriendo, sanando, enseñando, restaurando, etc.
Santificación, es relación conmigo misma. Ser santa es ser congruente entre lo que creo y lo que hago; si digo que creo en Dios, vivir de esa manera, sin ser auto indulgente.

La última palabra del texto dice “con modestia”. El griego “sofrosune”, nos habla de cordura, dominio propio, es decir, que debemos llevar a cabo nuestra labor con prudencia, con sabiduría. Nuestros hijos naturales y espirituales requieren de nuestra sobriedad, de nuestro ejemplo, de nuestro dominio propio. Cuando andamos como mamás desbocadas o fuera de control, nuestra familia lo resiente. Cuando renegamos de nuestro trabajo en el hogar, nuestras familias no se sienten amadas. Si lo hacemos en nuestras ideas o nuestra propias fuerzas, lo más seguro es que echaremos las cosas a perder. Necesitamos la sabiduría de Dios, la luz de Su Palabra para ser unas mamás modestas, unas mamás como Dios quiere.

Así que, amigas, cumplamos nuestra labor principal con alegría sabiendo que, si perseveramos en ello, recibiremos grande bendición.